lunes, 30 de mayo de 2011

Marta Palau y su acercamiento al imaginario étnico bajacaliforniano


Marta Palau y su acercamiento al imaginario étnico bajacaliforniano.

Análisis de la Plástica del Noroeste

Nombre: Yadira Noble González
mao_enhady7@hotmail.com

Marta Palau es una reconocida artista a nivel nacional e internacional por su producción plástica y promoción de cultura, creando, además, la Bienal Internacional de Estandartes en Tijuana, Baja California. Es en ésta zona donde reside y donde ha dado sus aportaciones, siendo considerada, incluso, la artista más influyente en el noroeste de México.

El aspecto que más me llama la atención de su obra e investigación es la realizada en los grupos indígenas en la región, apropiándose de su imaginario mitológico, simbólico y matérico. Y aquí reside gran importancia, pues ha sido de las primeras artistas (sino la única) en acercarse a los grupos étnicos bajacalifornianos tales como los Kiliwas, los Pai-Pai y los Kumiai.

Sin embargo, respecto a su obra, es difícil deducir si defiende un indigenismo[1] bajacaliforniano, si tan sólo presenta los fetiches de una cultura o si su obra se convierte en una propuesta a reflexionar sobre nuestros orígenes ancestrales en rescate de una búsqueda espiritual y ritualista; tal es la divergente inspiración que ha ocasionado en sus críticos a escribir en sus publicaciones. De la misma manera sería interesante preguntarnos qué función cumple el hecho de llevar los objetos de estas comunidades a los grandes museos entre las tres suposiciones generales otorgadas a su discurso[2].

Marta Palau nace en Albesa, Lleida (España) en 1934, pero vive en México desde 1940. Estudió en la Esmeralda (1955- 1965). Actualmente vive en D.F., pero ha pasado gran tiempo Tijuana, tiempo aprovechado para visitar los grupos étnicos cercanos. Creció ella en el ambiente artístico de los 60´s y mostró ser rebelde ante los movimientos de ruptura. Francisco Reyes Palma describe como, posteriormente al muralismo mexicano, surgieron dos tendencias: el formalismo, con tendencia abstracta geométrica y gestual, apoyado de una influencia “internacional” (realmente, occidentalizada) Vs. nacientes figuraciones y un nuevo humanismo. El formalismo consideraba innecesario ahondar dichos temas por su carácter particular, entonces la verdadera "ruptura" estaba en la trasgresión de las disciplinas de producción artística, así como en una reflexión sobre la identidad, los mitos y la condición periférica de las artes en México[3]. Fue entonces que Marta obtuvo otras influencias tales como el Land Art, al utilizar materiales orgánicos de un contexto, del arte feminista al hacer uso de artesanías (actividades relacionadas al ámbito de las mujeres) en sus llamadas Nauallis[4], y la exploración de materiales y nuevas formas escultóricas vinculadas al posminimalismo o abstracción excéntrica. Practica, también, la escultura blanda.

Así, manifestado, el arte de Marta recurre a elementos orgánicos: arcilla, tierra en sus diferentes estados, madera, ramas, hojas, tejidos, piedras y papel amatl (hecho de la corteza de árbol de higo, usado por los aztecas), entre otros, manejados tradicionalmente en cerámica, pintura y arte textil. En sí, los mismos materiales cobran una alusión a cierta localización, población y avance tecnológico (precario, en este caso). Las formas utilizadas son simbólicas, es decir, partirá de óvalos, figuras antropomorfas, altares en forma de círculos (donde también retoma estructuras como los monolitos) y manos. Sobre su exhibición Naualli Mano Poderosa (octubre 2005) en la Galería Art & Idea, Fernando Rojo Bentacur menciona las diferentes concepciones que tendría la mano en varias culturas:

El hombre de las cavernas se inmortalizó mediante el arte rupestre utilizando como pincel la mano pigmentada con la que dejó huella y testimonio de su eternidad, de su psique y de su espíritu, sobre la roca. (…) el hombre rupestre orquestó un compendio de su imaginario, y accedió a los estados superiores de conciencia mediante la apropiación, conjura, manipulación y sometimiento del poderoso maná[5] de diversos seres espirituales. (p. 10).

Fernando Rojo mencionaría aquí un cualidad característica de la obra de Marta, tanto de aquella que se apropia (el arte rupestre), y éste es el fetichismo, es decir, como un objeto nos representa y un universo espiritual y mitológico, mediando entre nuestra realidad y otra un tanto metafísica. Los fetiches son símbolos de las divinidades que representan, (…) y personifican sus potencias (2009).

Otro de los recursos del discurso plástico de Marta consiste en la reivindicación de las pinturas rupestres de Baja California, en 1993, declaradas por la UNESCO “Patrimonio de la Humanidad en la adyacente Sierra de San Francisco”. Palau descubriría su potencial expresivo y lo explotaría en las obras Los que quedan: muro transitable (Centro Cultural Tijuana, 2001), donde 250 pies hechos de vinílico se adhieren a un lienzo de 45 metros haciendo referencia a las etnias del estado; y en la serie War Games (2003), donde para plasmar figuras antropomorfas maneja el efecto negativo, el estarcido, una técnica surgida del arte prehistórico.

La metáfora utilizada en Nómadas II (1999) y Doble muro (2006) parece ser la más interesante en cuanto al tema de la migración. Ambas instalaciones, aparentemente ambientadas para diferentes contextos demuestran un hecho particular de la región noroeste del país. La primera consiste en 250 pies chicos acompañados de uno en grandes dimensiones, todos hacía una misma dirección. Doble muro presenta dos series de escaleras enfiladas, simulando muros. Entre las dos, se encuentra una figura humana hecha de petate, recostada en el suelo. Si pensáramos que Nómadas II refiere en un sentido común al tránsito de las culturas indígenas del noroeste[6] y Doble muro hiciera énfasis en la barda que divide Tijuana- Estados Unidos (las escaleras como punto de apoyo para cruzarse al otro lado), veríamos la curiosa coincidencia histórica que identifica el área: tanto en la prehistoria como en nuestra época actual, la población busca la migración para encontrar los recursos de sustentabilidad.

¿Por qué es significativa una reivindicación de la identidad indígena en Baja California, especialmente Tijuana?

Siendo una ciudad que sirve como lanzamiento para los migrantes que desean llegar a Estados Unidos, una ciudad donde la mayoría de su población proviene del resto del país y donde convergen distintas culturas y modos de pensar, cuya diversidad es fascinante y extraordinaria, pero, también es fragmentada. Tijuana nos hace sentir que vamos de paso, hacernos sentir que es un medio para llegar a algo más, pero nunca para mantenernos ahí. ¿Cuántas veces no se ha escuchado gente de diferentes estados del país que recuerdan con mucho cariño la hermosura de su lugar de origen, y, en cambio, llegan a Tijuana y comienzan a cometer desmanes sin importarles donde “tiran su basura”[7]? ¿No es una costumbre que nos dejaron los turistas americanos al venir a Tijuana? ¿No era Tijuana el lugar de los casinos donde todos podían practicar sus vicios?

Existe tal desdén hacia esta zona, existe cierta obligatoriedad de permanecer aquí por necesidad, a tal punto, que en ocasiones no puede evitarse el desbordamiento (migración). Entonces, ¿puede el formarnos una identidad como región cambiar esta situación? Investigar sobre algo propio de la región, como el patrimonio local, ¿puede fomentar tal identidad, que a su vez, haga mostrar consideración o aprecio a la ciudad? Independientemente de suposiciones pseudo-moralistas aquí mencionadas[8], es un hecho que la ignorancia de la población bajacaliforniana hacia las tribus étnicas es muy grande, o lo que es, desconocer la cultura local.

Si realizando obra que investigue sobre nuestros orígenes (como muchas veces se le atribuye esa reflexión de identidad a la obra de Marta Palau), tanto de carácter histórico como cultural, se lograra un tal estado artístico en la región, cierto mérito que marca el inicio lo tendría ella, y nos dejaría con la sugestión de continuar su línea…

Bibliografía

ü Abelleyra, Angélica. (2007). Mujeres insumisas. Monterrey: Universidad Autónoma de Nuevo León.

ü Fernandez Fernandez, José M. (2009). Indigenismo. En Román Reyes (Dir): Diccionario Crítico de Ciencias Sociales. Terminología Científico-Social, Tomo 1/2/3/4, Ed. Plaza y Valdés, Madrid-México.

ü Reyes Palma, Francisco. Marta Palau: a cuatro voces. Recuperado el 29 de mayo de 2011 en http://www.martapalau.com/uploads/MartaPalaucuatrvoce.htm

ü Rojo Bentacur, Fernando A. Marta Palau, Instalaciones Mano Poderosa 1, 2 y 3: Imágenes Espectaculares y desdoblamientos de una identidad. Recuperado el 29 de mayo de 2011 en http://www.martapalau.com/uploads/pub_arteamerica.pdf

ü Rojo Bentacur, Fernando A. (2009). Resignificaciones del pensamiento mágico ancestral y del arte rupestre mesoamericano: La obra de arte como fetiche contemporáneo. Recuperado el 29 de mayo de 2011 en http://www.rupestreweb.info/artefetiche.html



[1] Término que, manejado por el Instituto Indigenista Interamericano, se refiere a la “formulación política y una corriente ideológica, fundamentales ambas para muchos países de América, en términos de su viabilidad como naciones modernas, de realización de su proyecto nacional y definición de su identidad”.

[2] Esta cuestión a pensarse quedaría tan sólo como sugerencia, aunque no sea la intención principal sobre este ensayo, que consiste en explorar su obra. Adentrarse en la muy debatida función de los museos nos alejaría del enfoque señalado.

[3] Reyes, Francisco. Marta Palau a cuatro voces.

[4] Nombre que otorga Marta en náhuatl a las hechiceras, guerreras, curanderas y otros roles que atribuye a mujeres que han dejado de ser un objeto sexual para adquirir un poder que se considera de los hombres. Así les otorga un carácter andrógino.

[5] Cita Rojo Bentacur a Freud: “Fuerza mágica misteriosa, autónoma e inherente a objetos tabú, o a entidades espirituales: animales o vegetales, que habitan en la naturaleza”. (Freud, Sigmund. Tótem y Tabú. Capítulo 2: ‘El tabú y la ambivalencia de los sentimientos’, Alianza Editorial, Madrid, 1972, p. 29).

[6] El carácter nómadas de estos grupos se debió a que no lograron desarrollar la agricultura como medio de sustento, por lo tanto, sus principales actividades consistían en la caza y la recolección de frutas

[7] Por poner un ejemplo…

[8] Que bien podría abrirse a debate, ¿debe la población de Tijuana tener un espíritu de identidad, de pertenencia, siendo una ciudad cosmopolita?

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