Análisis de la obra de Julio Orozco
Jaqueline Andrade
anjack_kkprlant@hotmail.co
Julio Orozco, artista visual nacido en la ciudad de Tijuana, Baja California, Mex., en 1967, ha incursionado principalmente en la fotografía, así como en instalación, intervención, video y pintura.
Estudió artes visuales durante cuatro años en el Southwestern College en California, Estados Unidos. Años más tarde Orozco realizó estudios de óptica en Seattle, EUA, dirigidos al manejo de los lentes de proyección. Orozco ha incursionado en el fotoperiodismo, podríamos decir que el comienzo de su desarrollo artístico fue en el periodismo urbano. En España trabajó para El País; en la ciudad de México trabajo en La Jornada; en Tijuana comenzó en la sección de Nota roja de La Tarde de Baja California; posteriormente en el diario El mexicano y en el semanario Zeta.
La obra de Julio Orozco tiene como elemento principal la fotografía. Se autodefine como un ‘‘fotógrafo que busca innovación en su obra´´[1]. En sus procesos de trabajo se adentra en la experimentación con fotografías que reflejan el uso de tecnologías, formatos y perspectivas acerca del objeto y el cuerpo, con un especial interés en lo efímero y en cuestionar a través de imágenes la idea de la conservación, patrón que se evidencia constantemente en su obra.
Orozco se ha apropiado de elementos del periodismo y del cine; los elementos más recurrentes en su obra suelen ser butacas, lentes de proyección, la distorsión de imagen, color, forma y sonido. El interés de Orozco por el cine surge al explorar el material que realizó como fotoperiodista. Se apoya de hechos que registro en los cines en la ciudad de Tijuana. Orozco se basa en esas historias elaborando carteles ficticios, por ejemplo “El Caudal”, anécdota que el artista nos relata:
Ocurrió al terminar una película que estaba en el cine, las personas se dirigieron a las puertas de salida y al hacerlo se percataron de que estaban cerradas, toda la multitud entro en pánico y comenzaron a empujar las puertas, al frente se encontraba un señor de la tercera edad, el cual cayó al suelo, y cuando se logró abrir la puerta, en desesperación por salir, la multitud se abalanzó hacia la salida pasando sobre de él, dejándolo con ambas piernas rotas.[2]
Orozco acompaña algunos de sus carteles con cortometrajes, que simulan el suceso y a la vez funcionan como estrategia promocional. En el caso de ‘‘El Caudal’’, Orozco clausuró la puerta de un cine en la ciudad de Tijuana (México) durante una función, y colocó una cámara en el acceso a la salida con el fin de capturar las reacciones de las personas al encontrarse atrapadas. Los cortos son creados para ser proyectados en lugares específicos, en este caso, la puerta de una sala de cine.
Orozco rescata objetos de los cines que se encuentran fuera de servicio, objetos que él llama ‘‘arqueológicos’’, como la estructura metálica de las butacas, los viejos proyectores, cintas y carteles de películas con el objetivo de mutarlos. Así surge ‘‘Salas del Pasado, Proyecciones del Futuro’’, serie realizada de 1994 a la fecha.
Es importante mencionar que la obra de Orozco indaga en la transformación histórica del cine, su mobiliario y su tecnología. La obra de Orozco tiene una intensa exploración en el tiempo, esto se evidencia al utilizar objetos que forman parte de la historia de Tijuana, asi como en la desintegración de la imagen, un ejemplo de esto es la serie “Hidratos” (1994) en donde Orozco parte de fotografías de mujeres u objetos, en el proceso sumerge las imágenes en agua e incluso en ácidos, provocando que la imagen se desvanezca con el tiempo.
La desintegración de la imagen también la vemos en la serie “Love letters” (2003), en la cual Orozco utilizó imágenes de rostros de mujeres pornstars (tomadas de películas pornográficas), las cuales manipulo re-grabándolas hasta conseguir cierta distorsión, aprovechando la calidad de textura que la imagen RGB posee. Las imágenes son acompañadas de audio que construye editando fragmentos de diálogos extraídos de la radio y de entrevistas que realizo a mujeres donde le hablaban de experiencias sexuales; finalmente el video es transmitido desde un pequeño proyector a distintos formatos de pantallas.
Orozco considera que estos proyectos no han concluido aún, todavía existe una gran posibilidad de abundar en ellos ya que no funcionan de manera independiente, cada proyecto tiene una relación con otro. Orozco menciona ‘‘La evolución en mi obra ha sido constante en relación a las necesidades de lo que quiero comunicar, selecciono materiales y técnicas para aplicarlos estratégicamente’’[3].
Con los materiales “arqueológicos” ha intervenido espacios como el Museo de Arte Moderno en la ciudad de México en 2004, ARCO en Madrid, España en 2005, y espacios públicos, como en algunas calles de Paris, Francia, México, D.F y Tijuana.
En el 2004, Orozco obtuvo una residencia artística en el Bemis Center for Contemporary Art en Omaha, Nebraska, EUA. Durante un año, desarrolló una serie pictórica y fotográfica ‘‘Islas. Los cielos de San Miguel’’. El proyecto consiste en una serie de intervenciones pictóricas en paisajes realizados por artistas mexicanos en los años cincuenta, además una serie de cortometrajes y fotografías extraídas de archivos de video gráficos pertenecientes a la NASA.
Como menciona Ana Quiroz ‘‘esta pieza fue concebida --al igual que otras ficciones de Julio-- en hechos reales, la recreación cinematográfica, la vena documental y la riqueza de las anécdotas’’.[4] Los eventos en los que se basó Orozco fueron la historia de un chimpancé entrenado para viajar a la luna por la NASA hace mas de 40 años; el mono, llamado Miguel, con el tiempo adquirió conciencia de su importancia para el proyecto y se reveló, desobedeciendo las órdenes que le hacían los científicos.
Esta serie fue presentada en el 2005 en San Miguel de Allende, Guanajuato, Mex. Sin desligarse del tema del cine, Orozco encuentra una relación entre esta serie y el espacio geográfico de San Miguel de Allende, donde se realizan muchas grabaciones de películas, así como con las connotaciones históricas y culturales de los ‘‘Miguel’’, (haciendo alusión en algunas de piezas a San Miguel), representado a un mono alado, el “changonauta”, con deseos de ascender a los cielos.
Actualmente Orozco participa en un proyecto colectivo multimedia que experimenta con audio e imagen llamado ‘‘Ghost Magnet Roach Motel’’, integrado por artistas y músicos de Tijuana, Mex. y California, EUA. El proyecto consiste en la intervención de un espacio con la creación de atmósferas e imágenes, acompañado de performance. Orozco junto a Shinpei Takeda, Daniel Ruanova y Antonio Cozano, con la combinación de estas disciplinas, transforman el espacio en un laboratorio de creación visual y sonora, en donde se evidencia el proceso de creación del producto final, en este caso la huella en el espacio de exposición, es decir, la atmósfera generada.
Con esto, Orozco sigue adentrándose en la experimentación en la materia, su conservación, mutación y degradación.
Bibliografía
· Entrevista realizada a Julio Orozco del 9 y 18 de marzo de 2010 por Jaqueline Andrade y Berenice Herrera.
· Synthesis TV/ participación en el ICBC, video entrevista, http://www.youtube.com/watch?v=KSN1D0M2b9I,http://www.youtube.com/watch?v=myUPdmQdrSw
· GHOST MAGNET ROACH PROJECT http://www.ghostmagnet.info/
· Semanario cultural Bitácora, El artista Julio Orozco interviene los muros del Cecut ,http://bitacoracultural.com/index.php?option=com_content&task=view&id=1842&Itemid=38
· Galeria Kusthaus. http://www.kunsthaus.org.mx/Julio/Juliohtml/Texto.html
Tijuana Sessions, ARCO, 2005. http://www.universes-in-universe.de/specials/2005/arco-mexico/esp/tijuana/img-13.htm
[1] Entrevista a Julio Orozco del 9 y 18 de marzo de 2010 por Jaqueline Andrade y Berenice Herrera
[2] . Ibid.
[3] Ibíd.
[4] http://www.kunsthaus.org.mx/Julio/Juliohtml/Texto.html
Jaqueline Andrade
anjack_kkprlant@hotmail.co
Julio Orozco, artista visual nacido en la ciudad de Tijuana, Baja California, Mex., en 1967, ha incursionado principalmente en la fotografía, así como en instalación, intervención, video y pintura.
Estudió artes visuales durante cuatro años en el Southwestern College en California, Estados Unidos. Años más tarde Orozco realizó estudios de óptica en Seattle, EUA, dirigidos al manejo de los lentes de proyección. Orozco ha incursionado en el fotoperiodismo, podríamos decir que el comienzo de su desarrollo artístico fue en el periodismo urbano. En España trabajó para El País; en la ciudad de México trabajo en La Jornada; en Tijuana comenzó en la sección de Nota roja de La Tarde de Baja California; posteriormente en el diario El mexicano y en el semanario Zeta.
La obra de Julio Orozco tiene como elemento principal la fotografía. Se autodefine como un ‘‘fotógrafo que busca innovación en su obra´´[1]. En sus procesos de trabajo se adentra en la experimentación con fotografías que reflejan el uso de tecnologías, formatos y perspectivas acerca del objeto y el cuerpo, con un especial interés en lo efímero y en cuestionar a través de imágenes la idea de la conservación, patrón que se evidencia constantemente en su obra.
Orozco se ha apropiado de elementos del periodismo y del cine; los elementos más recurrentes en su obra suelen ser butacas, lentes de proyección, la distorsión de imagen, color, forma y sonido. El interés de Orozco por el cine surge al explorar el material que realizó como fotoperiodista. Se apoya de hechos que registro en los cines en la ciudad de Tijuana. Orozco se basa en esas historias elaborando carteles ficticios, por ejemplo “El Caudal”, anécdota que el artista nos relata:
Ocurrió al terminar una película que estaba en el cine, las personas se dirigieron a las puertas de salida y al hacerlo se percataron de que estaban cerradas, toda la multitud entro en pánico y comenzaron a empujar las puertas, al frente se encontraba un señor de la tercera edad, el cual cayó al suelo, y cuando se logró abrir la puerta, en desesperación por salir, la multitud se abalanzó hacia la salida pasando sobre de él, dejándolo con ambas piernas rotas.[2]
Orozco acompaña algunos de sus carteles con cortometrajes, que simulan el suceso y a la vez funcionan como estrategia promocional. En el caso de ‘‘El Caudal’’, Orozco clausuró la puerta de un cine en la ciudad de Tijuana (México) durante una función, y colocó una cámara en el acceso a la salida con el fin de capturar las reacciones de las personas al encontrarse atrapadas. Los cortos son creados para ser proyectados en lugares específicos, en este caso, la puerta de una sala de cine.
Orozco rescata objetos de los cines que se encuentran fuera de servicio, objetos que él llama ‘‘arqueológicos’’, como la estructura metálica de las butacas, los viejos proyectores, cintas y carteles de películas con el objetivo de mutarlos. Así surge ‘‘Salas del Pasado, Proyecciones del Futuro’’, serie realizada de 1994 a la fecha.
Es importante mencionar que la obra de Orozco indaga en la transformación histórica del cine, su mobiliario y su tecnología. La obra de Orozco tiene una intensa exploración en el tiempo, esto se evidencia al utilizar objetos que forman parte de la historia de Tijuana, asi como en la desintegración de la imagen, un ejemplo de esto es la serie “Hidratos” (1994) en donde Orozco parte de fotografías de mujeres u objetos, en el proceso sumerge las imágenes en agua e incluso en ácidos, provocando que la imagen se desvanezca con el tiempo.
La desintegración de la imagen también la vemos en la serie “Love letters” (2003), en la cual Orozco utilizó imágenes de rostros de mujeres pornstars (tomadas de películas pornográficas), las cuales manipulo re-grabándolas hasta conseguir cierta distorsión, aprovechando la calidad de textura que la imagen RGB posee. Las imágenes son acompañadas de audio que construye editando fragmentos de diálogos extraídos de la radio y de entrevistas que realizo a mujeres donde le hablaban de experiencias sexuales; finalmente el video es transmitido desde un pequeño proyector a distintos formatos de pantallas.
Orozco considera que estos proyectos no han concluido aún, todavía existe una gran posibilidad de abundar en ellos ya que no funcionan de manera independiente, cada proyecto tiene una relación con otro. Orozco menciona ‘‘La evolución en mi obra ha sido constante en relación a las necesidades de lo que quiero comunicar, selecciono materiales y técnicas para aplicarlos estratégicamente’’[3].
Con los materiales “arqueológicos” ha intervenido espacios como el Museo de Arte Moderno en la ciudad de México en 2004, ARCO en Madrid, España en 2005, y espacios públicos, como en algunas calles de Paris, Francia, México, D.F y Tijuana.
En el 2004, Orozco obtuvo una residencia artística en el Bemis Center for Contemporary Art en Omaha, Nebraska, EUA. Durante un año, desarrolló una serie pictórica y fotográfica ‘‘Islas. Los cielos de San Miguel’’. El proyecto consiste en una serie de intervenciones pictóricas en paisajes realizados por artistas mexicanos en los años cincuenta, además una serie de cortometrajes y fotografías extraídas de archivos de video gráficos pertenecientes a la NASA.
Como menciona Ana Quiroz ‘‘esta pieza fue concebida --al igual que otras ficciones de Julio-- en hechos reales, la recreación cinematográfica, la vena documental y la riqueza de las anécdotas’’.[4] Los eventos en los que se basó Orozco fueron la historia de un chimpancé entrenado para viajar a la luna por la NASA hace mas de 40 años; el mono, llamado Miguel, con el tiempo adquirió conciencia de su importancia para el proyecto y se reveló, desobedeciendo las órdenes que le hacían los científicos.
Esta serie fue presentada en el 2005 en San Miguel de Allende, Guanajuato, Mex. Sin desligarse del tema del cine, Orozco encuentra una relación entre esta serie y el espacio geográfico de San Miguel de Allende, donde se realizan muchas grabaciones de películas, así como con las connotaciones históricas y culturales de los ‘‘Miguel’’, (haciendo alusión en algunas de piezas a San Miguel), representado a un mono alado, el “changonauta”, con deseos de ascender a los cielos.
Actualmente Orozco participa en un proyecto colectivo multimedia que experimenta con audio e imagen llamado ‘‘Ghost Magnet Roach Motel’’, integrado por artistas y músicos de Tijuana, Mex. y California, EUA. El proyecto consiste en la intervención de un espacio con la creación de atmósferas e imágenes, acompañado de performance. Orozco junto a Shinpei Takeda, Daniel Ruanova y Antonio Cozano, con la combinación de estas disciplinas, transforman el espacio en un laboratorio de creación visual y sonora, en donde se evidencia el proceso de creación del producto final, en este caso la huella en el espacio de exposición, es decir, la atmósfera generada.
Con esto, Orozco sigue adentrándose en la experimentación en la materia, su conservación, mutación y degradación.
Bibliografía
· Entrevista realizada a Julio Orozco del 9 y 18 de marzo de 2010 por Jaqueline Andrade y Berenice Herrera.
· Synthesis TV/ participación en el ICBC, video entrevista, http://www.youtube.com/watch?v=KSN1D0M2b9I,http://www.youtube.com/watch?v=myUPdmQdrSw
· GHOST MAGNET ROACH PROJECT http://www.ghostmagnet.info/
· Semanario cultural Bitácora, El artista Julio Orozco interviene los muros del Cecut ,http://bitacoracultural.com/index.php?option=com_content&task=view&id=1842&Itemid=38
· Galeria Kusthaus. http://www.kunsthaus.org.mx/Julio/Juliohtml/Texto.html
Tijuana Sessions, ARCO, 2005. http://www.universes-in-universe.de/specials/2005/arco-mexico/esp/tijuana/img-13.htm
[1] Entrevista a Julio Orozco del 9 y 18 de marzo de 2010 por Jaqueline Andrade y Berenice Herrera
[2] . Ibid.
[3] Ibíd.
[4] http://www.kunsthaus.org.mx/Julio/Juliohtml/Texto.html
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